No es por ser “esa chica” pero estos libros, con excepción de uno, ya los había leído ¡Aunque siempre es buena una relectura! Creo que era Oscar Wilde el que decía que los libros realmente buenos son los que lees más de una vez (según está página, sí lo dijo, o al menos algo parecido).
Cuando volví a leer Crepúsculo para mi entrada anterior estuve muy atenta a varias cosas, entre ellas, a los libros que eran nombrados, porque no se puede olvidar el hecho de que Stephenie Meyer estudió literatura y seguramente, como varias, ama los libros y supongo que es inevitable que haya hecho a Bella una ávida lectora (considerando que se inspiró en ella misma para crear al personaje, pero eso ya lo hablé).
Bella nombra tres libros que lee por gusto en Crepúsculo: Cumbres Borrascosas, Macbeth y tiene un libro que contiene todas las obras de Jane Austen (dice que su copia ya está toda maltrecha debido al exceso de uso), nombra la Abadía de Northanger, Orgullo y Prejuicio y Sentido y Sensibilidad, yo tengo en mi poder una edición de este último, está en inglés y me lo trajo mi amiga Javi, de su viaje a Nueva York.
Cuando me cambié de casa para vivir con mi pareja y nuestros gatos me traje mi copia de Cumbres Borrascosas (porque es uno de mis libros favoritos) y lamentablemente en un delirio minimalista (que me viene de vez en cuando) dejé atrás a Macbeth, pero pude leerlo en mi Kindle. Comentario a parte: lo peor que me pudo pasar es creer que sería capaz de implementar el minimalismo en mis libros, porque siempre voy a querer más.
BELLA SWAN SOLO LEE CLÁSICOS
CUMBRES BORRASCOSAS
"Había decidido volver a leer Cumbres Borrascosas por placer -era la novela que estábamos estudiando en clase de Literatura-, y en ello estaba cuando Charlie llegó a casa" (Meyer 32)
Cumbres Borrascosas cuenta la historia de unas personas que viven lejos de la ciudad, la familia Earnshaw y los Linton. Rodeados por la naturaleza, se desencadena una trama oscura, donde se habla de venganza, amor, dolor y odio. Está el trauma generacional, el clasismo, la precaria situación de la mujer y la vida espiritual. La base de todo es la relación entre Catherine Earnshaw y Heathcliff, muchas veces se ha hablado de este libro como un libro de amor, pero creo que va más allá. En esta obra Emily Brontë critica a la sociedad inglesa, la representa cruda y repulsiva. Es un libro difícil de leer por las constantes situaciones injustas que suceden, a veces se siente pesado, pero sin duda es una historia importante, con personajes atrapantes, con un villano perfecto (Heathcliff) y el mejor final.
MACBETH
"En realidad, cuando me senté en mi habitación e intenté concentrarme en la lectura del tercer acto de Macbeth, estaba atenta a ver si oía el motor de mi coche" (88)
Gabriela mistral escribió: “Cosa perfectamente distinta me pasa con Shakespeare. Este hombre para todos los siglos. Este artista universal y de todos los tiempos. Otelo anda por ahí; yo lo conozco. Y Hamlet, quién no lo ha visto en ciertas noches, en ciertas zonas del alma. Me parece inicua la pereza y el desdén con que se ha mirado su centenario en América” (61).
Esta obra comienza con Las Hermanas Fatídicas, las tres brujas que auguran que Macbeth será Rey. Macbeth tiene la ambición, sin embargo, Lady Macbeth teme que no sea capaz de asesinar al Rey para conseguir el trono. El matrimonio lleva a cabo un plan exitoso para conseguir el poder y la historia es sobre la paranoia de ambos, la corrupción, el temor y lo imposible que es huir del destino. En esta obra faltan mujeres, pero me consuela que las pocas que hay son mujeres poderosas: brujas y Lady Macbeth.
SENTIDO Y SENSIBILIDAD
"Tenía una pequeña colección de libros que me había traído a Forks. El más gastado por el uso era una recopilación de obras de Jane Austen (...) Mis favoritas eran Orgullo y Prejuicio y Sentido y Sensibilidad" (117)
Elinor y Marianne son hermanas y totalmente opuestas. Evocando el título, la primera es la mayor y es más sensata, mientras que Marianne es pura pasión, ímpetu y deseo. La vida cambia cuando, al morir su padre, deben vivir en una casa más pequeña y con la pequeña pensión que les entrega su hermano mayor (hijo del primer matrimonio de su padre). Mientras se adaptan a sus nuevas rutinas, ambas se enamoran, Elinor de Edward, el hermano de su cuñada, y Marianne de John, un hombre que vive cerca de su nueva casa. La historia es un retrato de la sociedad de aquel tiempo, desmenuza las personalidades típicas de aquellos grupos sociales (apunta directamente al chisme) y es el camino de encontrar un amor sano y bello, es sobre crecer y sobreponerse al dolor.
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Tengo una relación personal con cada una de estas obras. La primera vez que escuché de Cumbres Borrascosas fue por Crepúsculo. Un verano en La Serena pillé una edición a 5 lucas, tenía como 15 o 16 años, era una edición pobre, un ejemplar barato en que incluso traducen los nombres de los personajes al español, Catherine era Catalina (mi nombre!) y Edgar era Eduardo. Amaba ese libro, tanto que se lo presté a una amiga del colegio porque quería que todas leyeran una obra tan increíble, la amistad se acabó cuando salimos del colegio y nunca más vi a mi libro. Cuando empecé a trabajar a los 18 años como garzona en una cafetería en el Parque Arauco, lo primero que me compré con mi plata fue una edición especial de Cumbres Borrascosas en inglés. Mi relación con Cumbres es íntima, amorosa, pasional; de verdad lo amo mucho. Sin embargo, sé que no es para todes, los clásicos suelen tener ese efecto, las palabras suelen ser raras, las descripciones excesivas, las situaciones lejanas… pero Cumbres Borrascosas es atemporal, tiene tantas capas y puede ser leído de tantas formas, siempre lo voy a recomendar.
Nunca fui el tipo de persona que leyera a Shakespeare por gusto, en el colegio tuvimos que leer Romeo y Julieta y me gustó, “los placeres violentos tienen finales violentos y tienen su triunfo su propia muerte, del mismo modo en que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz” insuperable, esa frase se quedó conmigo y seguramente la escribí en mi diario de esa época. Pero a esa edad no estaba ni ahí con seguir leyendo sus libros, qué fome, yo estaba en lo distópico (Los juegos del hambre). Cuando empecé a hablar con mi pareja, en ese frenesí que es la temporada de coqueteo y conversaciones interminables, me recomendó una serie: Westworld (no la terminamos, la tercera temporada se puso rara), y él me dijo: “Los placeres violentos tienen finales violentos”, le gustaba esa frase, la había sacado de esa serie, yo le dije que me encantaba, que era de Romeo y Julieta (como la hueona insoportable que soy), y él me dijo que no sabía. A lo que voy con esto es que Shakespeare llega incluso a una persona que jamás ha leído sus libros (como mi pareja), sus obras son poderosas, pero no del gusto de todes. A mí me gustó por obligación, por tenacidad, en la Universidad teníamos Seminario Shakespeare, fue inevitable —Mi pareja recuerda esa anécdota con humillación, a mí me da risa.
Jane Austen, siempre he querido que me guste, siempre he querido leerla, pero no había pasado más allá de sus películas porque son hermosas, quizás por eso había evadido leer sus libros. La versión cinematográfica de Orgullo y Prejuicio del 2005 es demasiado buena, me encanta, la he visto demasiadas veces. Y este año vi la película de Sentido y Sensibilidad, protagonizada por Kate Winslet y Emma Thompson, la encontré enternecedora, creo que hasta me hizo llorar. Pero el regalo de mi amiga Javi me empujó a leer este libro y quedé encantada con la forma de narrar de Jane Austen, amo que critique tanto y de una forma tan elegante, su escritura también me da ese aire de señora educada y regia pero buena pal chisme, la amé.
Bibliografía:
Austen, Jane. Sense and Sensibility. New York, Barnes & Noble, 2019. Impreso.
Brontë, Emily. Cumbres Borrascosas. Madrid, Edimat. Impreso.
Meyer, Stephenie. Crepúsculo. Santiago, Penguin Random House, 2015. Impreso.
Mistral, Gabriela. Bendita mi lengua sea: diario íntimo. Ed. Jaime Quezada. Santiago, Catalonia, 2019.
Shakespeare, William. Macbeth. Madrid, Penguin Clásicos, 2016.