Cuando éramos niñas con mi hermana veíamos las películas de las Bratz pirateadas, mi mamá nos compraba los DVD en la feria, la resolución solía ser pésima y casi siempre estaban dobladas al español de España, pero las disfrutábamos igual.
Hoy leí el libro Cazadora de Hadas de Jennifer L. Armentrout, la misma autora de De sangre y cenizas. Decidí darle una oportunidad por dos razones, porque las portadas para la edición nueva al español es H E R M O S A, (mi debilidad por las portadas preciosas es real y desvergonzada), y también porque tengo una relación tóxica con estos libros juveniles, los detesto pero los leo igual: suelen ser medianamente largos, así que me toman al menos más de un día leerlos y me hacen pensar en nuevas formas de odiar.
El libro es sobre un mundo actual en el que las hadas existen, hay una escena en la que los protagonistas están en una disco y están bailando rodeados de hadas y humanos, todo muy sexual, como suele ser en estas obras. Mientras leía, pensé en esa escena que sale en la película de las Bratz Fashion Pixies, cuando descubren una fiesta de hadas con humanos poseídos, todo muy cringe, todo muy gracioso y ridículo, pero creo que las Bratz lo hicieron mejor que la autora.
Tuve fe, porque la premisa se leía bien: Yvy es una joven universitaria que caza hadas de noche y estudia sociología de día. La verdad es que mi rango de exigencia para estos libros es flojo, así que el hecho de que se basara en un mundo universitario y no de colegio ya me daba expectativas. Pero desde el comienzo es lamentable, porque la protagonista comienza a describirse comparándose con su amiga, todo en tono: ella es hermosa, yo horrible, tengo el pelo rojo, que freak. Siento que tener el pelo rojo de forma natural debe ser una de las características físicas más atrayentes que una persona podría tener, pero no, nuestra protagonista no es como las demás y reniega de los estándares de belleza hegemónicos que posee y se posiciona entre las feas, aunque todos a su alrededor le aseguran que es más que bonita... qué cansancio, qué necesidad. Por otro lado, su objeto de amor, Ren, es como una copia de mala calidad de Damon Salvatore, por lo que todo lo que dice ese hombre da cringe, es sumamente sexual y no sé si un hombre de 24 años debería andar por ahí diciendo tantas cosas relacionadas a tener sexo con una mujer que no ha dejado claro que lo quiere, mientras leía pensaba: a este lo funarían.
Sin duda hay una tendencia en los libros de esta autora, es la segunda protagonista pelirroja que pillo, segunda vez que el hombre/objeto de amor es un playboy/damon salvatore plagiado, y lo más preocupante, es que en ambos casos, la protagonista es prácticamente inexperta sexualmente, entonces el hombre "le enseña" y la ayuda a descubrir su sexualidad, y el hombre comenta sobre lo "apretada" que es. Todo eso lo encuentro super incómodo e irresponsable, porque estos libros los suelen leer gente más joven que yo. Hay tres escenas sexuales en el libro y las detesté, nunca voy a entender la fascinación con eso.
Otra cosa mala que encontré fue cuando el hombre, Ren, le dice a Yvy que se parece a una princesa de Disney y le insinúa comentarios sexuales, hasta la propia Yvy le dice que eso está mal, se entiende que es para dejar de payaso al hombre, pero no creo que haya sido necesario, todo lo que hacía ya lo dejaba con ese título, así que hubiera sido maravilloso que una editora le hubiera aconsejado eliminar las referencias a Mérida de Valiente.
Me cansa esa estructura de la mujer que se hace la difícil y el hombre solo la desea más, de hecho, en una ocasión Ren le dice a Yvy que el hecho de que se haga de rogar le gusta más. Qué retrógrado todo, es como si hubiera sido escrito bajo las concepciones de mi mamá y mi abuela. Este libro fue publicado el año 2016, no siento que sea tanto como para darle el beneficio de "eran otros tiempos". Adjunto cita cringe, que es la más "suave" que dice Ren:
—Apuesto a que tienes los labios más suaves de toda la ciudad. Y apuesto a que
tu sabor es dulce como uno de esos buñuelos a los que me has hecho adicto. —Me
estrujó un poco más la nuca—. Pero eres dura de pelar... lo cual intensifica tu
dulzura. Costará llegar, porque tú vas a contraatacar cada avance que yo haga, pero
una vez que lo consiga seré un encanto. (...)
—Te gusto.
Se separó y me sonrió con aquella cara angelical que era el mismo retrato de la
inocencia.
—Solo que aún no estás lista para admitirlo —matizó (113)
Lo que me gustó fue el final, me dejó con ganas de leer lo que sigue, es solo una trilogía así que sin duda seguiré. Es predecible, a la mitad del libro pensé cómo iría a resultar todo y así mismo fue, pero eso no es tan malo y no tiene más de 300 páginas. Admiro la capacidad de Jennifer L. Armentrout para crear tantos mundos.
Aunque Bratz Fashion Pixiez lo hizo mejor.