Leí este libro por primera vez el 2022. Tenía grandes expectativas, pero terminé desilusionada. Aunque reconocí su mérito y belleza, no me alcanzó a encantar. No entendía por qué todas las personas que hablaban de este libro en Internet decían que era increíble. Eso me hizo cuestionar mi primera lectura, y como soy buena re-leyendo libros, pensé que no estaría tan mal hacerlo.
Esta segunda vez me encantó. Ya sabía el final, pero es un detalle.
¿Sobre qué trata el libro?
Bajo la premisa de que no sabemos nada, al igual que la protagonista, te dejas llevar por este mundo desconocido y distópico. El que no parece ser la tierra. No tiene animales. No tiene océano. No tiene gente.
Este libro nos cuenta la historia de una mujer sin nombre que, desde muy pequeña, estuvo en una jaula junto a 40 mujeres más. Las mujeres son custodiadas por hombres. No pueden tocarse entre ellas, no pueden suicidarse, están condenadas a una existencia reprimida y terrible, sin escapatoria. Hasta que un día suena una alarma y los hombres se van. Por cosas del azar, justo queda la llave de la jaula cerca de ellas, así que abren y logran escapar.
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La primera vez que lo leí pensé que me iba a encontrar con un libro que me diera respuestas y una conclusión. Que describiera el mundo en su totalidad y me dejara envolver por este mismo, pero eso no pasa en este libro. Quizás por eso no me gustó aquella primera vez. Pero, ahora, como sabía qué iba a pasar, pude concentrarme en otros elementos del libro, como la hermosa prosa o las problemáticas que expone.
Con una mejor disposición pude dejarme envolver por el relato de la protagonista. A través de ella podemos reflexionar sobre qué es ser un ser humano, qué es ser mujer y qué sentido tiene la vida. También a preguntarnos: ¿Sólo son válidas de contar aquellas historias con grandes plots y personajes?
